jueves, 12 de enero de 2012

Un sueño, corriendo

Sueño

Se dice, por que así lo escuchado de quienes por situaciones ajenas a ellos, que cuando comienza el combate, la guerra, etc. Viene de improviso violenta y descontrolada, es un dragón enorme escupiendo fuego, latigazos, revoloteando, con una enorme nube de polvo mientras inevitablemente cae. De ese mismo modo caen las buenas intenciones cada quien ve por si mismo olvida el amor a su prójimo. Mientras se busca ganar tiempo de vida que cada día parece un fortuna de una manera a otra se aprecia cada comida un banquete lleno de alegría. Mis imágenes de ese tiempo son así una gran polvareda con nosotros corriendo perdiendo a los compañeros en medio de ese caos.

Aún veo su rostro a mi lado gritando con valor negándose a dejar a cualquiera atrás. Sus ojos llenos de pasión encienden el recuerdo de mis fallas. Mucho se hablo antes a modo de advertencia que el hambre, la sobre población, junto con la falta de educación. Llevarían al primer gran levantamiento. La gente en ese día dejo de temer al gobierno a la violencia, ni la policía les juro lealtad. Estábamos ahí como parte de lo que era una pequeña marcha que levanto el incendio. La gente se comenzó a sumar cada vez más el caminar paso a trote y este a correr los temores se olvidaron. Un sentimiento primitivo se apodero de nuestro sentir, debió ser lo que los antiguos sentían a pelear. El rostro de la gran barrera con cascos y escudos abrumada por la ola desencadenada a partir de apenas 50 gotas presionaba con violencia. Con gran facilidad, hartos también, formaron parte de la presión la plaza que hoy ocupa el lugar legitimo del imperio. Esta masa informe ni cabeza, ni pies, convertida en promesa de lo que se puede alcanzar.

Pequeños y grandes salen corriendo al escuchar el rugido de la bestia desatada en contra de la violencia y crímenes. Como antes dispuesta a todo sin miedo caminamos ese día seguros de que la muerte era más un descanso que un castigo. Para aquel día el costo del orden y “tranquilidad” cobraba más vidas de cualquier modo. Llegando al centro de la plaza de un lado la iglesia y de frente nuestro objetivo el histórico palacio de gobierno. Rodeado permanentemente de vallas y militares. Con la terrible amenaza a gritos apuntando con la lengua de sus jefes bañada en plomo. Es ahí donde se desata la primera corrida. Nosotros al frente con fuerza abriendo la puerta principal a patadas con os puños sangrantes de tanto golpear. La acción no se hace esperar certera comienza a matar, esta vez resistimos corriendo en los pasillos haciendo trincheras dentro del palacio golpeando valientes a lo que se resguardaban.

Afuera la violencia se desata son dejar a nadie aparte el mar de gente hecho por todos los diferentes rasgos de la sociedad. Inequívocos a la razón de tanta violencia, a decir verdad ni la mitad se declara de izquierda. Muchos aun creen en la democracia ya no tanto en sus partidos. Los pocos militares dentro del palacio se revuelcan en desesperación mientras gritan a los teléfonos así como los radios exigiendo a sus superiores, más más refuerzos, por favor más. En 15 min. Helicópteros armados rodean, afuera se escuchan las mentadas con las rechiflas acompañado. No se que paso que los disparos sobre la multitud comenzaron. Los gritos, el pánico todo paso de repente alguien acababa de apuñalar al dragón, la caída comenzaba. Moribundo se defendía con pocas fuerzas.

Ella no se de donde salio ese día antes de nuestra pequeña marcha estoy seguro ella no iba con el contingente. La hubiera notado con esa sonrisa, sus lentes y esos hermosos ojos brillaban llenos de vida. En otra circunstancia creo que la hubiera invitado a salir. La vi cuando recién entramos a la plaza llevaba puesto un huipil rojo tejido a mano. Como ya dije no se por que la note tanto en lugar de poner en atención a lo que pasaba. Cuando comenzamos a correr siendo parte de ese animal herido, chocamos en uno de los pasillos del fondo en el castillo. La tire de un modo apresurado me le acerque para recogerla, decir una pendejada como que la salve o que gracias a mi salió, sería mentir. Para ser sincero creo que necesite verla para poder seguir, sí alguien más hubiera estado ahí no estaría contando. Cuando salimos por una puerta de servicio vimos una columna militar con dirección a los compas que huían de los helicópteros. En el techo del palacio militares con rifles de asalto hacían su parte en contra de nosotros.

La volteé a ver ágil con la habilidad de ver que hacer, cual era el siguiente paso. Comencé a seguirla mientras corríamos en contra corriente a la mayoría. Corríamos cuanto el cuerpo daba en un punto le tome la mano, después de una vuelta a la derecha en una callecita del centro pronto nos encontramos solos. Agitados no sabíamos que hacer las calles seguirán llenas de gritos hasta el próximo día. Pasaban junto a nosotros personas con miedo o buscando con que defenderse. Parados enfrente de un edificio de departamentos se abre la puerta y una viejita nos hace pasar.

El edificio es viejo según la señora la mitad deshabitado, el gobierno de la ciudad a amenazado varias veces con expropiarlo por las malas condiciones del lugar. Nos da la llave de un departamento junto al de ella en el tercer piso. Nos dice que su hijo murió a manos de los militares hace 45 años. Y desde entonces ella siempre quiso ayudar al hijo de alguien, en la misma situación. El lugar son dos cuartos pintados de blanco, con una cocineta sin gas, el baño funciona hay una cama se la dejo a ella y yo duermo en el piso junto a la puerta. Ella parece tranquila mañana parece que va a llegar como muere este, con miedo y sin nada que perder...

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