No tengo rostro, ni cara; que no es lo mismo, no tengo ambición más que ser igual, no lo quiero todo, si no para todos. Mi color no lo puedes ver, no tiene una bandera o religión ni poca opinión, es abierto mi corazón así como mi saber. Soy milenario y parte del mundo al mismo tiempo, hijo del sol y del maíz. Siempre más igual a al mundo que la ONU, no tengo frontera, y jamas he sido sombra del imperio mi fortaleza es no ser un pueblo si no muchos.
no tengo un alma por que estoy hecho de más de 500 millones que sueñan y buscan la libertad. Mi regalo a la humanidad es vivir en paz. Un ejemplo de lo que es aguantar y rescatar a mis pueblos origen así como los que por, persecución o miedo han llegado a nuestras tierras. Peleamos en contra de intereses que destruyen a nuestra madre. Defendemos la ambición con valor desde la selva. Sin rostros, pero con tanta imaginación. Capaces de hacer cosas que nadie sueña y menos pueden alcanzar, con una herencia negada hoy más necesaria. Un grito desde el comienzo hasta el final tan grande que llama la atención de todos los horizontes.
Una vista con bienvenida, una tierra, un continente...
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